Gallego Burín gana el pulso al gobernador a cuenta del baño de sangre con los maquis

AUGE Y CAÍDA DE LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA EN GRANADA (1939-52). SEGUNDA PARTE

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Segundo capítulo dedicado al excepcional análisis del ‘Auge y caída de la guerrilla antifranquista en Granada’, con la firma de Gabriel Pozo Felguera, con nuevas aportaciones fruto de su investigación. Esta entrega se centra en las relaciones de poder entre el alcalde Antonio Gallego Burín y el gobernador civil de Granada José María Fontana Tarrats y las consecuencias políticas que trajo el sangriento año 1947.
Reconciliación. Ramiro Fuentes Ochoa, Mariano (izda.) y el teniente de la Guardia Civil Manuel Prieto se saludaron en la década de los ochenta durante la grabación del documental “El maquis, movimiento guerrillero en Andalucia”, del documentalista Alfonso Arteseros. Mariano había estado encarcelado casi dos décadas; Manuel Prieto acabó en el generalato.
15 de junio de 1947, cena en homenaje a Evita Perón en el salón de plenos del Ayuntamiento. No asistieron ni el gobernador civil ni el alcalde. AHMG

  • El nerviosismo ciudadano por la actividad del maquis local fue aprovechado por el Alcalde para conspirar contra la primera autoridad provincial

  • El gobernador José María Fontana soportó una serie de secuestros de ricos, voladura de una casa y tiroteos callejeros con varios muertos

  • Fontana Tarrats envió a Madrid informes durísimos que dibujaban a Gallego Burín como un político chaquetero y sólo preocupado por los ricos

El maquis del Partido Comunista (PCE) enviado desde Francia se coló en las sierras de Granada y en viviendas de la capital durante el mandato del gobernador José María Quintana Tarrats (enero de 1944-junio de 1947). A pesar de que fue un político que se empleó mucho en reprimirlo. Fue el periodo de mayor épica de las bandas urbanas de los Quero y de Clares, repleto de secuestros económicos espectaculares, enfrentamientos y muertes en las calles. El gobernador Fontana finiquitó a los hermanos Quero y a medio grupo Clares. Creyó respirar tranquilo por este éxito contra la guerrilla; pero el resultado final se le volvió en contra y arruinó su carrera política en Granada. Desde muchos meses atrás, el alcalde Gallego Burín y su grupo de influencia conspiraban para quitárselo de en medio, aprovechando lo que llamaron el aumento del nerviosismo ciudadano. El día que sus policías abatieron a los tres últimos Quero, el gobernador Fontana compró todas las papeletas para su cese.

José María Fontana Tarrats escribió en una de sus cartas que Antonio Gallego Burín, el alcalde de Granada por entonces, era falangista los domingos y fiestas de guardar. El resto de la semana no se sabía lo que era. Seguro que se refería a la fama de político camaleónico que le antecedía. El gobernador llegó a Granada con la intención de cesar a Gallego Burín y a decenas de alcaldes y cargos. El encargo que había recibido en Madrid de boca del ministro y mandamás del Movimiento, José Luis Arrese, fue reformar el partido único de Falange. Y Gallego Burín no era devoto de Falange. Los tres años que convivieron en sus respectivos cargos estuvieron plagados de desencuentros y tensiones. Y de zancadillas y golpes bajos.

Entre 1944 y 1947 se dieron dos hechos cruciales en la lucha guerrillera de Granada: el traslado de las acciones guerrilleras al escaparate de la capital y la llegada de los enviados del PCE a las sierras y, progresivamente, a la ciudad

No es cierto que José María Fontana descuidara su responsabilidad de lucha y represión de la disidencia política y, sobre todo, de las muchas bandas de maquis y guerrilleros antifranquistas que pululaban por Granada. Eso lo demuestran los números de muertes, detenciones y entregas de hombres de la sierra en los tres años y medio de su mandato en Granada. Entre 1944 y 1947 se dieron dos hechos cruciales en la lucha guerrillera de Granada: el traslado de las acciones guerrilleras al escaparate de la capital y la llegada de los enviados del PCE a las sierras y, progresivamente, a la ciudad.

La guerrilla urbana: los Quero y los Clares

La gente echada a la sierra provenía de militares republicanos que temían por sus vidas; de fugados de cárceles y campos de concentración; de represaliados en sus pueblos al regresar de los frentes; de algunos que tenían delitos de sangre; de hombres significados como izquierdistas durante la II República, etc. Desde mediados de 1939 y hasta 1941 trataron de sobrevivir con la ayuda de conocidos y familiares, acercándose a cortijos y poblaciones en busca de comida, abrigos y medicinas. No fueron demasiados en número y organización; el lema era cometer los menores robos y secuestros posibles, los justos para sobrevivir y no ganarse el odio popular.

Su amplia familia, sus buenas relaciones y su tupida red de colaboradores les permitieron vivir y esconderse en el Albayzín, Barranco del Abogado y Sacromonte. Pero para ello necesitaron recurrir a secuestros económicos con el fin de poder pagar a tantos colaboradores y espías

Fue lo que hicieron los hermanos Quero (Pepe y Antonio) desde su fuga de la cárcel de la Campana en el verano de 1940 hasta que, en 1941, decidieron separarse del Yatero y formar banda propia. Entre 1941 y 1943, los Quero se fueron introduciendo cada vez más en la capital y abandonando el modus operandi de los hombres de la sierra. Su amplia familia, sus buenas relaciones y su tupida red de colaboradores les permitieron vivir y esconderse en el Albayzín, Barranco del Abogado y Sacromonte. Pero para ello necesitaron recurrir a secuestros económicos con el fin de poder pagar a tantos colaboradores y espías. Aquellos primeros años de su actuación en la capital les reportó una reputación casi mítica, al estilo de Robin Hood, el que robaba a los ricos para repartir entre los pobres.

Más de una vez se vio al gobernador Fontana visitar el cuartel de la Guardia Civil del Albayzín (situado en el caserón de los Mascarones) para exigir mayor presión a su teniente; no entendía cómo los Quero entraban y salían a sus anchas en el barrio, cuando las casas de sus familias estaban situadas a unas decenas de metros del cuartel

La frecuencia de sus secuestros se fue incrementando así como la calidad de los secuestrados. También la presión de las fuerzas de seguridad sobre ellos. Más de una vez se vio al gobernador Fontana visitar el cuartel de la Guardia Civil del Albayzín (situado en el caserón de los Mascarones) para exigir mayor presión a su teniente; no entendía cómo los Quero entraban y salían a sus anchas en el barrio, cuando las casas de sus familias estaban situadas a unas decenas de metros del cuartel. Sabía perfectamente que los Quero contaban con la complicidad de buena parte de los vecinos de las calles Pagés, Agua y Fátima; no había movimiento de los guardias que se les escapara.

Ya escribí que Fontana era un economista que pensaba que la reconciliación nacional debía empezar por dar trabajo a partir de reformas económicas y sociales, antes que por la persecución de quienes fueron rojos. No obstante, se interesó mucho por poner coto a la épica de los Quero. Por la fama que arrastraban dando golpes espectaculares, paseando por bares y prostíbulos a cara descubierta, comiendo en restaurantes céntricos y dando propinas desorbitadas.

Y empezó a poner fin a la banda de los Quero incrementando la presión sobre sus familiares. La consecuencia de los interrogatorios de mujeres y niños lo único que consiguió es que la banda se engrosara con los hermanos Pedro y Paco, que también pasaron a la clandestinidad. El auge de la guerrilla de los Quero en Granada capital, y de los Clares y Yatero en los pueblos de los alrededores, se produjo precisamente con José María Fontana al frente del Gobierno Civil.

Pero también es cierto que iba a ser el principio del fin del bandolerismo urbano. Vamos a recordar algunos hechos sangrientos con los que fue obsequiada la presencia de Fontana en Granada:

  • 26 de marzo de 1944. La Policía monta una macrooperación en un burdel de la calle Piedra Santa, en la Manigua, en busca de los Quero. Tras una persecución a tiros por las calles de la ciudad, acaba muerto el policía Julio Romero Funes, amigo del alcalde.
  • 8 de mayo de 1944. El empresario Manuel Mesa es abordado en la puerta de su casa del Paseo del Salón y le obligan a entregar 10.000 pesetas.
  • 6 de noviembre de 1944. Pepe Quero muere durante la exigencia de una cantidad de dinero al dueño de Almacenes Contreras, en el Carril del Picón. Caía el primero de los cuatro hermanos que compusieron la banda.

El gobernador y las fuerzas policiales, envalentonadas por este éxito casual, redoblan sus esfuerzos tras los Quero. El 15 de enero de 1945, los espías del teniente Rafael Caballero creen tener localizada a la partida de los hermanos Quero en la casa número 28 de la Cuesta de San Antonio. Efectivamente, allí habían ido a descansar tres miembros de la banda de los Quero (Baldomero de la Torre Torres, Bernardo González Rodríguez y Antonio Velázquez Murillo), pero no había ninguno de los Quero. Tras día y medio de asedio, el teniente Caballero decidió dinamitar la casa. Entre los escombros, en el patio trasero, encontraron seis cadáveres, suicidados o tiroteados entre ellos; se trataba de los tres guerrilleros, del dueño de la casa (Leonardo González Fernández, del PCE, y padre de uno de los maquis), de un hijo del propietario y de una mujer

Reconciliación. Ramiro Fuentes Ochoa, Mariano (izda.) y el teniente de la Guardia Civil Manuel Prieto se saludaron en la década de los ochenta durante la grabación del documental “El maquis, movimiento guerrillero en Andalucia”, del documentalista Alfonso Arteseros. Mariano había estado encarcelado casi dos décadas; Manuel Prieto acabó en el generalato.

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BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA.

Fontana Tarrats: un economista falangista en el Gobierno Civil de Granada (1944-47), de Manuel Martín Rodríguez. Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, número 29.

Percepciones y actitudes ante la guerrilla en la Granada de posguerra, de Claudio Hernández Burgos. Revisa del CEHGR, número 26.

El último frente, ensayo colectivo coordinado por Jorge Marco y Julio Aróstegui. Especial interés de la parte del maquis granadino que analiza José María Azuaga Rico.

Resistencia armada en la posguerra: Andalucía Oriental (1939-52), tesis doctoral de Jorge Marco Carretero. Universidad Complutense.

La guerrilla antifranquista en Andalucía (1939-52), de José Antonio Jiménez Cubero.