22-25 mayo de 1947. Edificio del Camino de Ronda. Granada capital. 3 muertos. Tres de los últimos componentes de la banda de los hermanos Quero, con Antonio Quero Robles a la cabeza, caen abatidos o se suicidan tras un largo tiroteo con las fuerzas de seguridad. Fue el hecho más aparatoso de guerrilla urbana que tuvo lugar en Granada y también el más publicitado por expreso deseo de las autoridades franquistas; quisieron utilizar este hecho para dar a entender que quedaba definitivamente desarticulada la guerrilla antifranquista en Granada. Otro de los componentes de la banda, José Bravo Fernández, decidió entregarse una semana después. Fueron denunciados por dos rechazados del grupo de los Quero; se trató de Fermín Castillo y Miguel Contreras, que recibieron una importante cantidad de dinero por ello (2,5 millones de pesetas cada uno). Fermín Castillo fue asesinado unos meses después por la banda de los Clares, mientras que Contreras se exilió.
16 junio 1947. Cortijo del Batán. Huétor Santillán. 3 muertos. El cabo Joya tenía montado un apostadero por debajo de Huétor Santillán, en el camino que une Granada con la población y se bifurcaba por los valles del Darro y Carchite para internarse en la Sierra. Tres guerrilleros regresaban de una reunión con El Sevilla (Francisco Rodríguez Sevilla), jefe político-militar de la Agrupación Granada tras la detención de Tarbes, que se escondía en una casa de la capital. El PCE había aprovechado el tumulto provocado por la visita de Evita Perón para reunirse con la gente de la sierra y exigirles mayor compromiso. Cuando estos tres ex miembros del grupo de Yatero se acercaban a Huétor, fueron certeramente abatidos por los guardias. Sus cadáveres fueron expuestos en la plaza del pueblo y enterrados en el cementerio de la localidad. Se trataba de Manuel Caballero Bonilla, natural de Diezma, 24 años; José Molina Montes, de Quéntar, 26 años; y Wenceslao Rojas García, de Diezma, 37 años. Los tres habían rechazado la oferta de Yatero de exiliarse a Francia; prefirieron integrarse en la Agrupación Granada, en la que sólo permanecieron unos meses antes de sus ejecuciones.
30 de junio de 1947. Barranco de La Malahá. Alhama de Granada. 3 asesinados. Se les aplica la ley de fugas a varios guerrilleros que se habían entregado y/o detenido. Murieron Francisco Justicia Ruiz, Juan Justicia Ruiz, Antonio Lozano Sánchez.
3 de julio de 1947. Cástaras. 7 guerrilleros muertos. Los guerrilleros pertenecían a la Agrupación Guerrillera Granada (segundo batallón), dormían en un cortijo de la Rambla. Los mandaba Francisco López Pérez, Polopero. Acababan de aceptar su integración en la Agrupación Roberto, esperaban que les suministraran los uniformes y armas de repetición. Fueron sorprendidos por la Guardia Civil. El cortijo sólo tenía una puerta y una ventana. Tras un largo tiroteo, les arrojaron granadas por la ventana. Cuando ya dejaron de responder desde el interior, se comprobó que había siete hombres dentro, seis de ellos muertos. Sólo uno se mantenía con vida. Se habían suicidado o matado entre ellos para evitar su captura y tortura; se juramentaron hacerlo para no traicionar al resto de guerrilleros. El herido murió a las pocas horas. Sus cadáveres fueron sepultados revueltos en una fosa común a la entrada del cementerio de Cástaras e inscritos en el registro civil de Torvizcón.
13 de julio de 1947. Dehesa del Calvario. Güéjar Sierra. La Guardia Civil da muerte a Francisco Almendros García, de la partida de Clares (Su hermano Luis también se incorporó a la guerrilla tras ver cómo lo mataron; sería abatido en un lugar cercano en 1950).
19 de julio de 1947. Cortijo de Rías, Sierra de Huétor. 3 muertos. Una vez más, el grupo de guardias comandado por el expeditivo cabo Rafael Joya, aplicó la ley de fugas a tres supuestos guerrilleros o colaboradores suyos. Concretamente de la partida de Yatero y más recientemente alistados a la Agrupación Granada. En esta ocasión, el asunto se justificó como un tiroteo entre guerrilleros y guardias que vigilaban cerca de Fuente Tamara. Fueron ejecutados Francisco León Cobos (el Peroles, de 33 años y vecino de Beas), Manuel Rodríguez Lezama (el Morro, de 59 años, también vecino de Beas) y su hijo Manuel Rodríguez Osorio. Éste todavía era menor de edad. Los tres fueron enterrados en el cementerio de Diezma, donde sus cadáveres fueron localizados en 2008 y exhumados por sus familias.
26 de julio de 1947. Castell de Ferro. 4 ejecutados. La zona de la Alpujarra-Costa fue una de las que más ejecuciones extrajudiciales concentró durante la segunda mitad de 1947, actitud que se iba a ver incrementada a partir de la muerte del teniente de la Guardia Civil del cuartel de Motril. Aquel día, una redada de vecinos de Lentejí acabó con varios en el presidio del Castillo de Carchuna. Se les acusó de ser miembros o enlaces de la Agrupación Guerrillera Granada-Málaga. Finalmente fueron asesinados cuatro de ellos, enterrados posteriormente en el cementerio de Castell de Ferro.
30 de julio de 1947. Los Tablones (Órgiva). 4 muertos. Un grupo de guardias civiles se enfrenta a Serafín Lorenzo Cara, Serafín el de Cástaras, quien había perdido a 7 de sus compañeros en Cástaras a principios de aquel mismo mes. El resultado fue la muerte de Serafín, de otro de sus compañeros de guerrilla (Francisco Frías López), del dueño del cortijo donde estaban y del teniente de la Guardia Civil Francisco Morales Rodríguez. Sobrevivió y fue apresado Francisco Fernández Ayllón (Cajoneras). Los dos maquis muertos fueron paseados por las calles de Motril sobre mulas. Al día siguiente iba a llegar la venganza de once por uno…
1 agosto de 1947. Carretera de Motril a Gualchos. 11 ejecutados. Once personas de la Costa y la Alpujarra fueron ejecutadas en aplicación de la ley de fugas. En el grupo iban dos mujeres, una de ellas embarazada, y un menor de edad. Se trató de Manuel Rubiño González, su esposa Juana Correa Moreno, Manuela Correa Rubiño y su hijo Pablo Martín Correa, Francisco Correa, Cecilio Moreno Castillo, Emilio García Sabio, Juan Moreno Estévez y su hijo Manuel Moreno Moreno, Manuel Castillo Gómez y Ambrosio Fernández Ayllón (Cajoneras). Entre los fusilados sólo uno era maqui de la sierra (Cajoneras); los demás fueron acusados de enlaces o cómplices. Todos fueron enterrados en una fosa de Gualchos (exhumada hace seis años). La prensa local destacó aquel día que las fuerzas de seguridad llevaban abatidas a varias decenas de bandidos en poco más de un mes; en cambio, de los 11 fusilados por revancha no se publicó nada.
30 de junio de 1947. Barranco de La Malahá. Alhama de Granada. 3 asesinados. Se les aplica la ley de fugas a varios guerrilleros que se habían entregado y/o detenido. Murieron Francisco Justicia Ruiz, Juan Justicia Ruiz, Antonio Lozano Sánchez.
3 de julio de 1947. Cástaras. 7 guerrilleros muertos. Los guerrilleros pertenecían a la Agrupación Guerrillera Granada (segundo batallón), dormían en un cortijo de la Rambla. Los mandaba Francisco López Pérez, Polopero. Acababan de aceptar su integración en la Agrupación Roberto, esperaban que les suministraran los uniformes y armas de repetición. Fueron sorprendidos por la Guardia Civil. El cortijo sólo tenía una puerta y una ventana. Tras un largo tiroteo, les arrojaron granadas por la ventana. Cuando ya dejaron de responder desde el interior, se comprobó que había siete hombres dentro, seis de ellos muertos. Sólo uno se mantenía con vida. Se habían suicidado o matado entre ellos para evitar su captura y tortura; se juramentaron hacerlo para no traicionar al resto de guerrilleros. El herido murió a las pocas horas. Sus cadáveres fueron sepultados revueltos en una fosa común a la entrada del cementerio de Cástaras e inscritos en el registro civil de Torvizcón.
13 de julio de 1947. Dehesa del Calvario. Güéjar Sierra. La Guardia Civil da muerte a Francisco Almendros García, de la partida de Clares (Su hermano Luis también se incorporó a la guerrilla tras ver cómo lo mataron; sería abatido en un lugar cercano en 1950).
19 de julio de 1947. Cortijo de Rías, Sierra de Huétor. 3 muertos. Una vez más, el grupo de guardias comandado por el expeditivo cabo Rafael Joya, aplicó la ley de fugas a tres supuestos guerrilleros o colaboradores suyos. Concretamente de la partida de Yatero y más recientemente alistados a la Agrupación Granada. En esta ocasión, el asunto se justificó como un tiroteo entre guerrilleros y guardias que vigilaban cerca de Fuente Tamara. Fueron ejecutados Francisco León Cobos (el Peroles, de 33 años y vecino de Beas), Manuel Rodríguez Lezama (el Morro, de 59 años, también vecino de Beas) y su hijo Manuel Rodríguez Osorio. Éste todavía era menor de edad. Los tres fueron enterrados en el cementerio de Diezma, donde sus cadáveres fueron localizados en 2008 y exhumados por sus familias.
26 de julio de 1947. Castell de Ferro. 4 ejecutados. La zona de la Alpujarra-Costa fue una de las que más ejecuciones extrajudiciales concentró durante la segunda mitad de 1947, actitud que se iba a ver incrementada a partir de la muerte del teniente de la Guardia Civil del cuartel de Motril. Aquel día, una redada de vecinos de Lentejí acabó con varios en el presidio del Castillo de Carchuna. Se les acusó de ser miembros o enlaces de la Agrupación Guerrillera Granada-Málaga. Finalmente fueron asesinados cuatro de ellos, enterrados posteriormente en el cementerio de Castell de Ferro.
30 de julio de 1947. Los Tablones (Órgiva). 4 muertos. Un grupo de guardias civiles se enfrenta a Serafín Lorenzo Cara, Serafín el de Cástaras, quien había perdido a 7 de sus compañeros en Cástaras a principios de aquel mismo mes. El resultado fue la muerte de Serafín, de otro de sus compañeros de guerrilla (Francisco Frías López), del dueño del cortijo donde estaban y del teniente de la Guardia Civil Francisco Morales Rodríguez. Sobrevivió y fue apresado Francisco Fernández Ayllón (Cajoneras). Los dos maquis muertos fueron paseados por las calles de Motril sobre mulas. Al día siguiente iba a llegar la venganza de once por uno…
1 agosto de 1947. Carretera de Motril a Gualchos. 11 ejecutados. Once personas de la Costa y la Alpujarra fueron ejecutadas en aplicación de la ley de fugas. En el grupo iban dos mujeres, una de ellas embarazada, y un menor de edad. Se trató de Manuel Rubiño González, su esposa Juana Correa Moreno, Manuela Correa Rubiño y su hijo Pablo Martín Correa, Francisco Correa, Cecilio Moreno Castillo, Emilio García Sabio, Juan Moreno Estévez y su hijo Manuel Moreno Moreno, Manuel Castillo Gómez y Ambrosio Fernández Ayllón (Cajoneras). Entre los fusilados sólo uno era maqui de la sierra (Cajoneras); los demás fueron acusados de enlaces o cómplices. Todos fueron enterrados en una fosa de Gualchos (exhumada hace seis años). La prensa local destacó aquel día que las fuerzas de seguridad llevaban abatidas a varias decenas de bandidos en poco más de un mes; en cambio, de los 11 fusilados por revancha no se publicó nada.
6 de septiembre de 1947. Torvizcón. 6 guerrilleros muertos. La Guardia Civil cerca y abate al grupo formado por seis maquis de la Agrupación Granada. La mayoría de ellos se habían integrado en el grupo político-militar del PCE en los meses anteriores. Casi todos eran jóvenes, pero había uno (José Manzano Martín) que ya rondaba los cincuenta años. La mayoría de ellos eran naturales de Almegíjar.
19 de noviembre de 1947. La Herradura. 5 ejecutados. La Guardia Civil protagoniza cinco ejecuciones extrajudiciales a otros tantos vecinos de la zona. Se los llevó al Tajo de la Media Luna con el pretexto de que les indicaran un depósito de armas y los devolvieron al pueblo atravesados sobre mulas que tenían esperándoles. Eran Manuel Rodríguez Martín, Antonio Ruiz López, Miguel Arellano Pérez, Andrés Melián Suárez y José Antonio Sáez Castilla, más un desconocido.
25 de noviembre de 1947. Cenes de la Vega. 6 muertos. Rafael Castillo Clares, jefe de la banda Clares, cae abatido en una vivienda del barrio del Cerrillo, propiedad de su enlace El Goro (José Parrojas). Había pertenecido a la Agrupación Guerrillera Granada, pero por divergencias se salió de ella. Fue el que secuestró y dio muerte al coronel Miláns del Bosch en enero de ese mismo año. Junto a él también fueron abatidos Eugenio Torres y María Jiménez Ramírez, su esposa, y un sexto enlace. En el tiroteo participaron decenas de guardias civiles y policías; cayó mortalmente herido el teniente Manuel García Espinosa y resultaron heridos varios agentes más. El grupo Clares continuó activo bajo el mando de Félix Castillo Clares, hasta que sus dos últimos miembros fueron abatidos cerca de Quéntar en noviembre de 1949 (el mismo Félix y Juan Nievas Sánchez, Espantanubes).
Apesar de las matanzas de1947 y el recrude cimiento de su represión con la ley de fugas, también es cierto que aumentó el número de granadinos que se echaron a la sierra. Engrosaron la Agrupación Granada (posteriormente llamada Agrupación Roberto), y en su mayoría acabaron muertos, entregados o encarcelados
(…) Y decenas y decenas más de maquis y bandoleros locales hasta un número que es imposible precisar con exactitud, pero superior a 170. Muchos de ellos desaparecieron sin dejar rastro, bien porque fueron hechos desaparecer por las fuerzas de seguridad o ejecutados por chivatos; otros se exiliaron sin dejar rastro. También hubo algunos que se diluyeron entre las sombras, temerosos de ser ejecutados por la Agrupación Guerrillera del PCE. Una vez que se entraba en ella, no era tan fácil abandonarla sin castigo.
A pesar de las matanzas de 1947 y el recrudecimiento de su represión con la ley de fugas, también es cierto que aumentó el número de granadinos que se echaron a la sierra. Engrosaron la Agrupación Granada (posteriormente llamada Agrupación Roberto), y en su mayoría acabaron muertos, entregados o encarcelados. Hubo casos en que una quinta entera de mozos,14 jóvenes, se echó al monte en vez de irse a la mili (Agrón).
Durante la existencia de la guerrilla antifranquista en Granada (1939-52), se tiene la certeza de que las bajas por enfrentamiento directo, la aplicación de ley de fugas y ejecuciones por condenas de tribunales militares, superaron ampliamente el millar. El 20% de ellos se concentraron sólo en el año 1947; les siguieron por número de víctimas los años 1948, 1949 y 1950, con otro 31% acumulado en el trienio. Franco, por fin, atisbaba el final de la guerrilla interior. Sólo le quedaba centrarse en la represión política del PCE, que había cambiado de táctica a partir de 1948 (por orden de Stalin) y ahora lo que se pretendía era dejar abandonados a los guerrilleros de las sierras e introducirse en los centros de trabajo, el sindicato vertical y en las universidades.